Un mes después del provocador asado que encabezó Javier Milei con diputados nacionales en la Quinta de Olivos -con el fin de agasajar a los “héroes” que blindaron en el Congreso el veto a la ley de aumento jubilatorio-, el presidente recibió anoche a cuatro de los gobernadores panperonistas más cercanos a la Casa Rosada.
La cita fue nuevamente en la residencia oficial, y los invitados fueon Osvaldo Jaldo (Tucumán), Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta) y Hugo Passalacqua (Misiones).
El catamarqueño Jalil remarcó al arribar que llegó dispuesto a “escuchar y pasar un rato de camaradería”. Mientras que Jaldo aclaró que él fue a la cena “sin tarjeta y sin plata, pero con muchos pedidos”.
El presidente estuvo acompañado por la secretaria General de la Presidencia, su hermana Karina Milei; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el asesor Santiago Caputo.
A diferencia del asado que Milei brindó a los “87 héroes” que lo acompañaron en la Cámara baja en el rechazo a la reforma jubilatoria, en esta ocasión los invitados no tuvieron que pagar por lo consumido.
Desde la Casa Rosada consideran que estos mandatarios provinciales, al haber apoyado al Gobierno en decisiones legislativas clave, merecían un reconocimiento especial. Pero la cita no fue solo para agradecerles el respaldo al veto presidencial contra la ley de Financiamiento Universitario, sino que también tendrá implicancias políticas más amplias: la administración de Milei busca asegurarse el apoyo de estos mandatarios al Presupuesto 2025, con la confianza de que actuarán como obturadores de las modificaciones a la ley de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) que impulsa la oposición más dura.
Los cuatro mandatarios provinciales fueron también apuntados la última semana por Cristina Kirchner. El 17 de octubre, en el marco del Día de la Lealtad, la ex mandataria criticó a los gobernadores que fueron “votados como peronistas” pero que “se quieren ir” con Milei.
Entre los cuatro gobernadores invitados a Olivos, el que resalta por su cercanía con Milei es Jaldo. Anfitrión del Pacto de Mayo, que se firmó el 9 de julio pasado en “el jardín de la República”, el primer gesto fuerte del tucumano hacia la Casa Rosada ocurrió durante el verano, cuando pactó el acompañamiento de los diputados que le responden a la primera versión de la ley Bases, a cambio de que la industria azucarera tucumana siguiera protegida fiscalmente.
Ese posicionamiento derivó en la primera escisión del bloque de Unión por la Patria en la Cámara baja y la formación de uno propio, bautizado “Independencia”, integrado por Agustín Fernández, Gladys Medina y Elia Fernández de Mansilla.
Hace dos semanas, esos tres legisladores, a las órdenes del gobernador, fueron fundamentales para que Milei sostuviera el veto presidencial a la ley de Financiamiento Universitario. Una postura que, al día siguiente de la multitudinaria marcha federal universitaria, Jaldo había matizado al expresar su intención de que haya “un mayor presupuesto para los sueldos de los docentes, para mejoras edilicias y para disponer de los elementos necesarios”.
“Vamos a buscar resolver los problemas de cada una de nuestras provincias y es la oportunidad que tenemos de algo que venimos reclamando, un diálogo con el gobierno nacional”, sostuvo por su parte el salteño Sáenz. “Hemos acompañado al Gobierno dándole las herramientas que necesita, desde el primer momento hemos planteado un diálogo”, insistió el mandatario, aunque se atajó al apuntar que “acá nadie es héroe ni hay que festejar nada”.
La relación de Hugo Passalacqua con la Casa Rosada es otro ejemplo de buena vecindad. Desde la asunción de Milei como presidente, el “misionerista” Frente Renovador de la Concordia, liderado por el ex gobernador Carlos Rovira, decidió volver a levantar la consigna que ya es un leitmotiv del oficialismo misionero: “Gobernabilidad con gobernabilidad se paga”.
El último ejemplo de ello fue la votación del veto a la ley universitaria: los cuatro diputados que responden a Rovira, y que conforman el bloque Innovación Federal junto a los salteños de Sáenz, se abstuvieron.
Por último, el catamarqueño Jalil es otro de los mandatarios provinciales que hace gala de una relación pragmática con el gobierno de Milei. Este enfoque se hizo evidente en la reciente votación sobre el veto presidencial a la ley de Financiamiento Universitario: el gobernador le ordenó a la diputada catamarqueña Fernanda Ávila, integrante de la bancada de Unión por la Patria, que no bajara al recinto y permaneciera en su despacho durante la sesión del veto para que su ausencia en el recinto permitiera que no cayera le decisión de Milei.
Jalil fue uno de los primeros mandatarios que se sentó a firmar convenios con Guillermo Francos en el marco del plan de traspaso de obras nacionales a las provincias. Durante ese encuentro, se acordó un desembolso de $25.000 millones para obras de infraestructura. Sin embargo, esas promesas se encuentran hoy atadas a lo que se resuelva tras el debate del Presupuesto 2025 en el Congreso.
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