A pesar de la tregua de las dirigencias sindicales, el amplio repudio y la resistencia social pudieron más que la prepotencia y los aprietes del Gobierno. Una enorme movilización de miles de trabajadores, estudiantes, jubilados y jubiladas se concentró fuera del Congreso. Son parte de quienes sostuvieron todos estos meses la persistente lucha que impuso esta derrota a La Libertad Avanza. La movilización se replicó en numerosos puntos del país. Hay que seguir ese camino. Redoblar la movilización e imponerles a la CGT y las CTA paro nacional y plan de lucha hasta tirar todo el ajuste de Milei, el FMI y los grandes empresarios.

El amplísimo repudio social y la fuerza de la movilización fue la que le impuso una durísima derrota este miércoles al Gobierno en la Cámara de Diputados. Fue la persistencia de la lucha de las trabajadoras y los trabajadores del Garrahan, que vienen peleando hace meses contra el desfinanciamiento, enfrentando campañas de desprestigio y las mentiras del ministro del área, el empresario Mario Lugones.
Fue la fuerte resistencia social que se fue edificando todos estos meses, con la persistente lucha de las jubiladas y los jubilados, con la enorme pelea que dio la comunidad de las personas con discapacidad. Dos luchas emblemáticas, que se sostuvieron a pesar de las muchas represiones sufridas. Fue, también, la pelea de la comunidad universitaria, que en la última semanas sostuvo contundentes paros docentes y no docentes, al tiempo que volvían las clases públicas y las movilizaciones.

Esa fuerza es la que hay que seguir desarrollando. Para que caiga todo el ajuste ahora. El camino no es “esperar a 2027” como propone el peronismo, sino imponerles a la CGT y las CTA un paro nacional y un plan de lucha, que avance hacia una huelga general política, que pueda derrotar todo el plan económico de Milei, el FMI y las grandes patronales.
Esa es la perspectiva que viene planteando el Frente de Izquierda desde hace tiempo. Hoy sus diputados, referentes y militantes estuvieron peleando dentro del Congreso y también en las calles, siendo parte de quienes derrotaron al Gobierno. Han estado en la resistencia desde el primer día del gobierno de Milei y seguirán estando.
Esta resistencia, que concentraba la bronca de millones, fue la que empujó a muchos diputados y diputadas a rechazar ahora los vetos. Muchos de ellos y ellas fueron quienes bancaron el ajuste de Milei durante estos casi dos años. Muchos de esos y esas legisladoras fueron parte de quienes dieron sus votos para la Ley Bases, obedeciendo a sus gobernadores, que negociaban con el Poder Ejecutivo.
Porque el ajuste de Milei avanzó gracias a los numerosos aliados y colaboradores que tuvo. Los mismos gobernadores que ahora rechazan leyes, pero apoyaron -y siguen apoyando- el ajuste. Las y los legisladores del PRO, la UCR y sectores del peronismo que también apoyaron. Entre quienes llegaron al Congreso en boletas del Frente de Todos o de Unión por la Patria, el caso más escandaloso fue el de Kueider. No fue, ni por asomo, el único.
Eso reafirma que él único camino para tirar abajo todo el ajuste es el de más amplia movilización. El de la organización democrática desde abajo en cada lugar de trabajo, en cada lugar de estudio y en cada barriada popular. El de imponerles a la CGT y las CTA que abandonen su criminal tregua.
Las opiniones y análisis expresados en este artículo pueden no coincidir con las de la redacción de UDR Noticias. Intentamos fomentar el intercambio de posturas, reflejando la realidad desde distintos ángulos, con la confianza de aportar así al debate popular y académico de ideas. Las mismas deben ser tomadas siempre con sentido crítico.



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