Tras los incendios en Córdoba que se desarrollaron durante la ausencia del presidente y tras recortes de presupuesto en organismos pertinentes, la respuesta fue buscar chivos expiatorios inventando presuntos «terroristas». El uso de dicha palabra viene siendo un problema en el mundo donde las víctimas son señaladas como victimarios. De Argentina a Palestina, de Córdoba a la Patagonia, de Gaza a Beirut, unos son «terroristas» mientras otros ejercen «el derecho a defenderse». Un recurso que incluso fue usado por los nazis en 1933 en el contexto de un incendio. Por Ramiro Giganti (ANRed)
Probablemente el tipo de Fake News más nocivo sea el que denuncia “terrorismo”. Por lo que significa, pero también por lo que se suele ocultar al banalizar el concepto para silenciar a voces disidentes. En muchos casos quienes utilizan el concepto “terrorista” suelen ser quienes justifican las peores atrocidades.
La palabra “terrorista” fue utilizada por quienes ejercieron “terrorismo de Estado” en Argentina entre los años 1976 y 1983. Ya había sido utilizada en Alemania en 1933 tras el incendio del Reichstag, donde el flamante gobierno de Adolph Hitler sentenció a muerte a Marinus van der Lubbe, un joven albañil comunista neerlandés de 24 años, acusado sin pruebas de haber incendiado el parlamento. El incendio fue utilizado como «prueba» por los nazis para acusar a los comunistas del KPD de conspirar contra el Gobierno y está considerado un hecho fundamental en el establecimiento de la Alemania nazi. Las consecuencias del ascenso del nazismo ya las conocemos, las de quienes venían a combatir el “terrorismo” o “la subversión” en Argentina también.
“O estás con nosotros o con los terroristas”, había declarado el entonces presidente de Estados Unidos, George W Buch tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 cuyo autor intelectual habría sido el acaudalado empresario Saudí, Osama Bin Laden. Con esa frase y el rotulo de “terrorista” a cualquier persona que disienta con su accionar, será criminalizado. Contra los “terroristas” se supone que fue la invasión a Iraq en el año 2003 que mató a miles de ciudadanos, buscando armas químicas en Iraq que nunca estuvieron. El tiempo probaría que Bush mintió generando un desastre en Medio Oriente. El desastre, además de humanitario, allanó las condiciones para que años más tarde en ese territorio surja el DAESH, más conocido como “Estado Islámico” que realizó atentados primero en la región y luego en importantes ciudades de Europa.
En ese contexto en Argentina se aprobaron Leyes “Antiterroristas” a pedido del Grupo de Acción Financiera Internacional, GAFI. Las primeras aprobaciones de estas leyes sucedieron durante el gobierno kirchnerista y se aplicaron durante el macrismo y continúan de manera abusiva en el gobierno actual. En 2012 se aplicó la ley antiterrorista para perseguir a asambleas ambientalistas que se oponían a la megaminería a cielo abierto en la cordillera. Cinco años después, el rótulo “terrorista” encajó a la perfección con las comunidades Mapuche, algo que sigue sucediendo en la actualidad. No son “terroristas” los prefectos que mataron por la espalda a Rafael Nahuel.
Horas después del asesinato de “Rafita”, una nota publicada en “el gran diario argentino” y firmada por Natasha Niebieskikwiat, afirmaba que los grupos mapuches tienen contacto con Abdullah «Apo» Öcalan, el histórico referente kurdo. La nota incluso afirmaba que, de acuerdo a un «informe oficial»(¿?), el líder del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PPK), fue detectado en la Argentina. “Se lo ubicó con domicilios en Palermo y en el centro porteño. Según se le informó a este diario, fue visto en Neuquén, Río Negro y Chubut durante el juicio a Jones Huala”. La nota enseguida fue denunciada en redes por lo desopilante de ese contenido, ya que Öcalan se encuentra desde 1999 cumpliendo su sentencia su sentencia en confinamiento solitario en la isla de Imrali, en el Már de Mármara. Tras evidenciarse el ridículo la nota fue removida, pero luego volvió a ser publicada con el mismo perfil criminalizante mencionando vínculos nunca probados pero omitiendo mencionar al líder kurdo encarcelado. Demás está decir que poco se conoce sobre la situación de opresión que atraviesa el pueblo kurdo y nada aportan los medios hegemónicos argentinos para informar sobre dicha situación. O que fueron las mujeres kurdas quienes combatieron cuerpo a cuerpo contra el DAESH en la zona del Kurdistán.
Un año después, en noviembre de 2018, Axel Salomón estaba por abrir su comercio (donde trabaja con su padre) cuando vio que tres efectivos del grupo GEOF de la Policía Federal lo apuntaban con sus armas. Las detenciones de Axel Abraham Salomón y Kevin Abraham Salomón, de 25 y 23 años respectivamente, se produjeron por un mail anónimo que llegó a la DAIA y que el organismo presentó ante la Justicia. Los hermanos Salomón son argentinos, de ascendencia libanesa y religión musulmana. “Los detuvieron porque alguien hizo una denuncia anónima. Como viene esto del G20 quieren hacer revuelo. Mi primo tiene un arma del bisabuelo para cazar, pero los dos son pibes divinos que no tienen nada que ver. Tenemos parientes en el Líbano, pero primero somos argentinos”, había declarado Cristian Amodou, primo de los dos jóvenes en aquel entonces detenidos por supuestos vínculos con Hezbollah. No se probó ninguna de las acusaciones. Los hermanos responsabilizan de su situación a la DAIA, que los denunció sin pruebas, y al Gobierno de Macri y su ministra Patricia Bullrich. “Nunca pidieron disculpas ni salieron a reconocer que se equivocaron con nosotros, nos mancharon, nos arruinaron la vida, nos liberaron, nos sobreseyeron y piensan que con eso vamos a poder empezar de nuevo, como si nada hubiera pasado, pero no es así” había declarado luego uno de los hermanos Salomón.
En diciembre del año pasado, y nuevamente de la mano de Patricia Bullrich, la historia volvió a repetirse. El 28 de diciembre de 2023, un gendarme identificado como «Romero» llamó a la embajada de Israel afirmando que un amigo policía «le advirtió» sobre la llegada de tres terroristas sirio-libaneses con la intención de llevar a cabo un ataque en Argentina. Sin embargo, cuando la denuncia llegó a manos de la Justicia, el gendarme se negó a revelar su fuente, incumpliendo su deber como funcionario público. Según Bullrich, los tres individuos, presuntamente sirio-libaneses, ingresaron al país con el propósito de perpetrar un atentado, lo cual resultó ser falso. Solo uno de ellos era de origen “sirio-libanés” (¿sirio o libanés?), residente en Colombia desde hace años y dueño de una perfumería. Los otros dos eran argentinos. Ninguno de los detenidos figuraba en las listas de sospechosos de la CIA o el FBI, ni contaban con antecedentes criminales. La denuncia colapsó durante la investigación debido a inconsistencias en el caso. La presunta “investigación” tenía pistas desopilantes, que solo desviaban la atención de un hecho concreto: que detuvieron pasajeros sin motivo. Se los acusó de terroristas y se sembró un miedo y estigma innecesario en la población.
Otro papelón de Bullrich como muestra de la discriminación y criminalización a los pueblos árabes
El 28 de diciembre de 2023 tres pasajeros identificados como Naem Chatay Chassan, Juan Manuel Ledesma y Ramón Alberto Fernández, fueron detenidos acusados de presunto “terrorismo”. Sin embargo, la denuncia colapsó durante la investigación debido a «inconsistencias» en el caso. El episodio remite a otro sucedido en el año 2018 también bajo la gestión de … Sigue leyendo
Hace dos semanas, el pueblo libanés fue victima de un tremendo atentado planeado y realizado durante mucho tiempo por el Estado de Israel. Dispositivos electrónicos fueron detonados y explotaron matando a gran cantidad de civiles incluidas niñas y niños. Dicha atrocidad no fue denunciada por el gobierno argentino que si acusa sin pruebas a otros estados o a quienes expresan su desacuerdo. Este mismo gobierno, pocos días después dio vergüenza ajena en la ONU al pronunciarse contra el pueblo palestino avalando el genocidio en Gaza. Al parecer es «terrorista» pronunciarse contra el genocidio en Gaza, los crimines en la Cisjordania ocupada o los ataques al Líbano, pero no avalar dichas atrocidades y encarcelar sin motivo a integrantes de comunidades árabes.
Mientras todo esto sucede la provincia de Córdoba sufre otro incendio que generó desastres en la región de Punilla. Un gobierno confesamente negacionista del cambio climático dejó abandonada a la población de una provincia que incluso fue uno de sus bastiones electorales.
Ante los destratos que incluyen al presidente sobrevolando la provincia pero sin siquiera bajar a ver a los bomberos, quienes lo estaban esperando, desde tanto funcionaros como periodistas obsecuentes y «trolls», apelaron a la acusación de «terrorista» sin motivos diciendo que quienes generaron los incendios eran militantes kirchneristas. Todo esto surge en contradicción con otro relato, como el del medio 12 tevé que buscaba ocultar la posibilidad de intencionalidad de los incendios por parte de posibles empresarios que busquen luego realizar inversiones en territorios donde no se podía, algo que ya ha sucedido en el pasado. En el contexto de la reciente aprobación del RIGI estas sospechas cobran fuerza. La fake news que el propio presidente difundió en redes sociales, fue desmentida por el Fiscal General y el Ministro de Seguridad de la Provincia de Córdoba, quien negó la existencia de 17 «kirchneristas detenidos» por los incendios. Pero a su vez confirmo que hay personas detenidas sin pertenencia política, sin descartar la posibilidad de que alguno haya sido enviado por sectores empresarios. Pero los empresarios nunca son señalados como «terroristas» aunque a muchos de ellos les encaje mejor el adjetivo.
La nota empezó hablando del incendio en el Reichstag y llegó a los incendios en Córdoba, también mencionó el uso de la palabra «terrorista» en la pasada dictadura militar. El pasado 12 de junio, la vicepresidenta Victoria Villarruel acusó de «terroristas» a manifestantes que protestaban contra la aprobación de la ley de Bases, con un Congreso vallado y una brutal represión en sus inmediaciones. Hubo 33 personas detenidas que fueron tratadas en condiciones inhumanas y sin las garantías constitucionales pertinentes. Las investigaciones descartaron cualquier vínculo «terrorista» y las acusaciones de Villarruel fueron desestimadas, pero en el medio se maltrató a decenas de personas.
Bajo la acusación de «terrorista» mas de 15.000 niñas y niños fueron asesinados en Gaza en menos de un año. También mas de un centenar de médicos, mas de 170 periodistas y 200 integrantes de la ONU. En total mas de 40.000 civiles palestinos fueron asesinados en Gaza desde octubre del año pasado. El actual gobierno argentino avala estas atrocidades.
Mientras esto sucede, en Argentina la pobreza ya superó el 52,9%, mas de un millón de niñas y niños se van a dormir sin cenar pero el «terrorista» es otro.
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