Por Gabriel Princip
Los precios en Europa están más bajos que en la Argentina. Los salarios en el viejo continente son 10 veces más que los nuestros y sin embargo el gobierno se preocupa más por Conan que por sus gobernados.
Los oyentes radiales, los entrevistados opositores y más de un vecino se pregunta por la paciencia ilimitada del pueblo. Paciencia que día a día se está acotando.
Todos sabemos que el gobierno no hará nada por modificar, a favor, la vida de su gente. También sabemos que la oposición sigue en su zona de confort al igual que la CGT y la izquierda. Entonces, ¿cuál es el camino, cual es la solución?
Por ahora, el reclamo, la protesta, pero sabiendo que este espacio libertario cumplirá cuatro años, con el Javo, la Vicky o con quien sea. Lo segundo que debe entender un ciudadano angustiado que la solución provendrá del peronismo y no de cualquier mezcla que arroje a otro políticamente correcto a la presidencia.
Es hora de volver a las fuentes con nuevas herramientas. ES hora de olvidarse de los progres, de las focas que aplauden cualquier cosa y de los tibios. Ellos más los carcamanes históricos nos trajeron a libertarios pedófilos, narcos y saqueadores. Ellos y no otros.
Las elecciones del año que vienen se hallan a la vuelta de la esquina y a pesar del desastre económico se prevé un triunfo oficialista. Este resultado no se debe a la gran gestión del hermano de Karina sino a la desorganización opositora. Los dialoguistas rumean por lo bajo con una idea de plegarse al peronismo, pero con la condición de que la Cámpora no moleste.
El peronismo puro coincide en esa idea y el kichnerismo solo habla de Cristina mientras Máximo sigue jugando a la play. De todas maneras, la elección que viene solo será determinante con una derrota catastrófica de Milei y sus muchachos. Otro resultado es más de lo mismo. El pueblo debe entender que para que se vuelva a la alegría popular debe llegar alguien que decrete la eliminación absoluta de las leyes libertarias. Caso contrario nada cambiará.
Y si la gente pretende un cambio debe trabajar para ello y no esperar todo servido. Debe ser protagonista y no extras, debe apagar la caja boba y oponerse a todo. No hay que pagar un boleto de colectivo caro y si se hace, exigir un buen servicio, debe protestar diariamente contra quienes controlan la luz, el agua y demás servicios. Si quiere hallar una solución a su problema debe formar un problema a quien no quiere solucionar su vida.
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