La UCR complica al Presidente en el Congreso. Insólita alianza con la bancada K. El rol de Lousteau.
El oficialismo sufrió varios dolores de cabeza en el Congreso. Y no fueron generados por la oposición más virulenta, sino por los que son considerados dialoguistas: la Unión Cívica Radical se plantó y, en medio de una batalla entre Gobierno y universidades, obtuvo media sanción de un proyecto de financiamiento de las casas de altos estudios, en Diputados; mientras el Senado amenaza con aprobar una nueva ley de movilidad previsional, que obligaría a Javier Milei a aumentar las jubilaciones o vetarla. Duros reveses para La Libertad Avanza.
“Encomendamos al Poder Ejecutivo a recomponer los salarios docentes”, le dice a NOTICIAS el diputado radical Mario Barletta, ex rector de la Universidad del Litoral. El Gobierno se niega a reconocer la pérdida de poder adquisitivo de esos trabajadores, pero podría quedar obligado a aumentar las partidas si el Senado sanciona el proyecto. En la Cámara Baja, La Libertad Avanza votó en contra, pero quien acompañó a la UCR fue Unión por la Patria. En medio de un Congreso fragmentado, se dan extrañas alianzas.
En pausa.
Tuvo un alivio el oficialismo tras conseguir que se postergara la discusión sobre movilidad previsional para el jueves 22. Martín Lousteau había logrado un dictamen y estaba dispuesto a que el 15 de agosto se tratara en el recinto. Si la UCR consigue una sanción pondrá a Milei contra la espada y la pared: el Presidente deberá aumentar las jubilaciones, a menos que corra con el costo político de vetar la ley, tal como adelantó que haría. “Voy a vetar todas las leyes de los degenerados fiscales”, había protestado Milei contra los legisladores.
La única jugada del radicalismo en favor de Milei fue haber demorado el debate por los fondos reservados de la SIDE. Al menos por un tiempo, el Gobierno tendrá paz con ese asunto. No fue gratis: ahora La Libertad Avanza tendrá que constituir la Bicameral de Fiscalización de Organismos de Inteligencia y Lousteau podría quedar como presidente.
Allí se produce una grieta interna en el radicalismo: algunos legisladores lamentan no haber actuado en conjunto para bajar el DNU de Milei que le dio 100 mil millones de pesos a la SIDE. “El mensaje que debía quedar tras estas sesiones es que el Presidente considera que para hacer inteligencia sí hay plata, pero para las universidades y las jubilaciones no”, protestó un diputado por lo bajo.
De todas maneras, el radicalismo mostró las garras en el Congreso. El esfuerzo por ser dialoguistas los desdibuja, pero sin ser agresivos con el Presidente intentan imponer condiciones.
“Hay que dejarlo gobernar a Milei, pero no podemos olvidarnos los agravios que avaló contra el partido. Nos llamó putitas del peronismo”, dice en el Congreso un importante dirigente.
Credito RN
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