El término, que data de los ’90, se volvió a utilizar con la nueva gestión. El rol de Inteligencia y la Pauta Oficial de organismos estatales para coooptar periodistas.
En el círculo de la política y los medios hay una hipótesis que se repite. Es una nueva “cadena de la felicidad” para cooptar al periodismo, como sucedía, también, con Carlos Menem y los Kirchner. El término data de los años 90. “Pauta no cero” y fondos reservados conformarían, de ese modo, el combo con el que el Gobierno intenta mantener el control sobre la opinión pública.
Y julio fue el mes en el que la “cadena de la felicidad” terminó afianzándose, de acuerdo a la investigación que NOTICIAS realizó para la última nota de tapa: La mentira de la Pauta Oficial Cero: el regreso del apriete. Es que allí, la pauta pegó un salto que alegró a los bendecidos: de 76 mil millones de junio pasó a los 125 mil millones del mes siguiente. Pero no fue sólo eso. Fue el mes en el que apareció el decreto presidencial de los 100 mil millones discrecionales para la SIDE, el organismo en que también se mueve a sus anchas el mismo Caputo. Fue él quien, con ayuda de su amigo Lugones, le dio forma al nuevo organigrama de la casa de los espías, le devolvió su nombre original y pidió esos fondos reservados imposibles de auditar.
En lo que respecta a publicidad oficial, esta revista accedió a un informe de Kantar Ibope Media, la empresa dedicada a realizar mediciones de audiencia en los medios de comunicación. Los números son elocuentes. Aunque el Gobierno no pauta a través de Presidencia de la Nación, sí lo hace por intermedio de otros organismos estatales como Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), Aerolíneas Argentinas y el Banco de la Nación. En total, de enero a junio, YPF lleva gastados más de 125 mil millones de pesos en pauta oficial, fundamentalmente en televisión. Aerolíneas y el Banco Nación son más modestos, pero también ayudan: 547 millones pautó la primera empresa y 539 millones la segunda. Sumando todo, el resultado arroja $ 126.505.339.992.
Side: los fondos secretos y la “cadena de la felicidad”.
El Gobierno, además de recuperar el histórico nombre de la casa de los espías, que dejó de llamarse Agencia Federal de Inteligencia (AFI) para volver a ser la Secretaría de Inteligencia del Estado, la vieja SIDE, también le devolvió viejas prácticas que en los últimos años estaban en desuso. La principal es que presupuesto para gastos reservados se aumentó mediante un DNU y se sumaron 100 mil millones de pesos en un abrir y cerrar de ojos. Ese DNU todavía está en discusión en el Congreso, ya fue votado en contra en Diputados y ahora espera una definición en el Senado.
Pero la mala noticia es que, según trascendió, ya se habría gastado el 80 por ciento del presupuesto. entre julio y agosto. En solo dos meses. La SIDE es manejada en la actualidad por Sergio Neifert, un ex funcionario del municipio de Malvinas Argentinas, amigo de Santiago Caputo.
En la organización de la SIDE participó también Rodrigo Lugones, amigo de Caputo, que hizo algunas entrevistas y pidió por amigos para ubicarlos en algunas delegaciones del organismo en otros países. Además de recuperar el nombre que se usó en la década del 90, muy valorada por el gobierno de Milei, también volvieron personajes de aquellos años como Juan Bautista “Tata” Yofre, que fue señor 5 al principio de la gestión de Carlos Menem y hoy es el director de la Escuela Nacional de Inteligencia.
En los años 90 se había popularizado una mecánica de sobornos a periodistas y jueces por parte de la SIDE que se bautizó “la cadena de la felicidad” y que se pagaba con fondos reservados. Tras la ampliación del presupuesto de este año, el fantasma de la “cadena de la felicidad” volvió a resurgir con fuerza, y mucho más con el trascendido de que ya se habrían gastado 80 mil millones.
El manejo político de la SIDE está en manos de Santiago Caputo, el asesor estrella de Milei, integrante del círculo de hierro y “ministro del pensamiento”, como lo llama el Presidente.
Caputo se hizo cargo de muchos temas que al principio de la gestión estaban en manos de Nicolás Posse y que, tras la salida del ex jefe de Gabinete, quedaron acéfalos. La SIDE era justamente uno de esos temas sensibles que el Presidente no podía dejar en manos de cualquiera.
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