La ausencia del canciller Gerardo Werthein en la ceremonia que se realizó en el Vaticano para celebrar el 40º aniversario de la firma del Tratado de Paz y Amistad con Chile por el canal de Beagle, sin lugar a dudas se convierte en una nueva demostración del deplorable manejo de la diplomacia nacional comandada por Javier Milei.
El desplante del presidente argentino al Papa Francisco no es solo un gesto hacia el sumo pontífice, sino también una afrenta a la historia democrática de nuestro país. Además, parece una reivindicación de las actitudes belicistas de las dictaduras argentinas y chilenas que llevaron a ambas naciones a estar a minutos de la guerra en 1978.
En el marco de la reciente Cumbre del Grupo de los 20 (G20) de Río de Janeiro, Werthein se despidió de su par chileno, Alberto van Klaveren, asegurándole que se encontrarían este lunes en el Vaticano para la celebración junto al papa Francisco. Pero eso no ocurrió, porque las notorias diferencias que el mandatario chileno Gabriel Boric marcó con Milei durante los discursos del G20 dejó resentido al presidente argentino, quien ordenó la marcha atrás.
De esta manera, mientras Chile estuvo representado al máximo nivel de su diplomacia, nuestro país envió apenas una delegación encabezada por el embajador ante la Santa Sede, Luis Pablo Beltramino.
Durante la ceremonia de hoy, el Papa resaltó la importancia de aquel acuerdo que no sólo puso fin a un virtual estado de guerra encendido por las dictaduras de los dos países, sino que fue en la piedra de toque de un acercamiento que derivó con los años y las décadas en una integración virtuosa y en el cierre de todos los diferendos que estaban pendientes a lo largo de la extensa frontera común.
En el acto de esta mañana Francisco pidió que aquel acuerdo con mediación del entonces Papa Juan Pablo II sea visto como “un modelo a imitar (…) Amerita ser propuesto en la situación actual del mundo, en el que tantos conflictos perduran y se agravan”, dijo, y no fue casual que, al recordar el acto en el Vaticano de 2009, en el 25° aniversario del Tratado de Paz, en el que estuvieron “las presidentas de Argentina, Cristina Fernández Kirchner, y de Chile, Michelle Bachelet”.
Mientras tanto, a raíz de este nuevo bochorno que protagoniza el gobierno de Milei, en las últimas horas un grupo de ex cancilleres emitió un comunicado en el que expresó su “profunda condena” a la decisión de Milei de no mandar al canciller, a la cual calificó de “incomprensible” y de “desprecio gratuito”.
El texto fue firmado por una mayoría de peronistas –Santiago Cafiero, Felipe Solá, Jorge Taiana y Rafael Bielsa–, pero también por quien fue la primera jefa de la diplomacia de Mauricio Macri: Susana Malcorra.
Cerca del Papa ya dejan trascender que este desplante deja en el aire más que nunca la demorada visita de Francisco al país, a pesar de la disculpa pública que Milei ensayó después de haberlo calificado como “el representante del Maligno en la Tierra”.
Además, suma el Vaticano a la larga lista de estados con los que la Argentina ultraderechista ha decidido enfrentarse: Brasil, España, México, Colombia y, ahora, Chile.
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