Por Gustavo Zandonadi
El 22 de noviembre de 1949, el presidente Juan Domingo Perón marcó un antes y un después en la historia de la educación argentina. Con la promulgación del decreto 29.337, se suspendió el cobro de los aranceles universitarios, transformando la educación superior de un privilegio exclusivo a un derecho universal. Por esa razón se celebra este viernes el Día Nacional de la Gratuidad Universitaria.
En el contexto de una Argentina que ampliaba derechos, el país vivía una época de profundas transformaciones sociales y económicas. El gobierno peronista se caracterizó por llevar adelante una serie de reformas que buscaban mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y promover la justicia social. La nacionalización de industrias clave, la creación de un sistema de seguridad social y la implementación de políticas de pleno empleo fueron algunas de las medidas que definieron este período.
La gratuidad universitaria fue una de las políticas más emblemáticas de este proceso de cambio. Antes de esta medida, la educación superior en Argentina estaba reservada para las élites, y muchos jóvenes talentosos se veían obligados a abandonar sus estudios por no tener dinero suficiente. Con la eliminación de los aranceles, el peronismo democratizó el acceso a la educación y sentó las bases para una sociedad más equitativa y con mayores oportunidades para todos.
La visión de Perón fue clara: una nación soberana se construye con ciudadanos educados y capacitados. Al eliminar los aranceles, se rompieron las barreras que impedían a muchos acceder al conocimiento y se promovió la movilidad social ascendente. Los resultados de la política universitaria peronista se vieron un par de años después, cuando el país se llenó de hijos de obreros que pudieron cambiar el destino de su familia con un título. Esta decisión fue un acto de justicia social que ningún gobierno gorila pudo voltear.
El impacto de esta medida no se limitó solo a la cantidad de estudiantes, sino también a la calidad de la educación. Las universidades públicas se convirtieron en centros de excelencia académica, donde el conocimiento y la investigación florecieron sin las restricciones económicas que antes limitaban su desarrollo.
Hoy, a 75 años de aquella histórica jornada, el legado de Perón nos recuerda que la educación es la herramienta más poderosa para transformar la sociedad y construir un futuro mejor para todos.
Credito NOVA
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