Su hija Ana María, embarazada de 5 meses, fue desaparecida con su compañero Julio César Galizzi en 1976. Mirta tenía 99 años. Se fue sin haber encontrado a su nieto o nieta. El Estado nunca desclasificó los archivos.
En las primeras horas de la madrugada de este sábado se conoció la noticia del fallecimiento de Mirta Acuña de Baravalle. Era la mamá de Ana María Baravalle, secuestrada el 27 de agosto de 1976 embarazada junto a su marido Julio César Galizzi, durante la última dictadura cívico-militar.
Mirta comenzó la búsqueda de su hija y su yerno y en ese camino fue conociendo a otras mujeres que buscaban a sus hijas e hijos desaparecidos. Así conoció a principios de 1977 a Azucena Villaflor de De Vincenti, con quien empezaron a convocar a familiares de desaparecidos para reunirse el 30 de abril en la Plaza de Mayo, relata la periodista especializada en derechos humanos Luciana Bertoia. Mirta fue una de las catorce mujeres que estuvo ese día.
Con el paso del tiempo, y tras la fecha prevista para el parto, Mirta también empezó a buscar a su nieto o nieta.Junto a Beatriz Aicardi de Neuhaus, María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani y otras mujeres que también buscaban a niños nacidos en cautiverio o chiquitos que se habían llevado con sus padres, terminarían conformando el sub grupo de Madres que luego recibiría el nombre de Abuelas de Plaza de Mayo.
Mirta estuvo en Abuelas de Plaza de Mayo hasta finales de la década de 1980, siempre cercana a “Chicha” Mariani. Después se dedicó de tiempo completo a su militancia en Madres de Plaza de Mayo -Línea Fundadora. Le gustaba la fotografía y registrar todas las marchas en las que participaba. Era inseparable de Norita Cortiñas.
“Mi esqueleto está cansado”, le dijo hace algún tiempo a Myriam Bregman, que lo recordó en mensaje muy emotivo hoy.
Mirta buscó hasta el último día de su vida a su nieto o nieta, que nació en los días cercanos al 12 de enero, el día de su cumpleaños.
El Estado nunca cumplió la obligación de abrir los archivos y de buscar a nuestros 30 mil detenidos desaparecidos y a los mas de 400 nietos y nietas utilizando todos los recursos y tecnología que tiene a su disposición. Que el repudio al negacionismo del actual gobierno de ultraderecha no nos haga olvidar que anteriores gestiones no lo hicieron, cuando tuvieron la oportunidad.
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