Lo dijo Ana María Tapia, integrante de Jubilados Insurgentes. En las últimas dos semanas, el Gobierno nacional mandó a reprimir a las marchas de jubilados y jubiladas. Tapia pasó por el programa Estás Muteadx, de Radio La Retaguardia, y habló acerca de las reivindicaciones por las que lucha el colectivo y sobre los palos y gases. Por La Retaguardia.
Entrevista: Pedro Ramírez Otero / Julián Bouvier
Redacción: Julián Bouvier
Edición: Fernando Tebele
Foto de portada: Antonio Becerra Pegoraro
Jubiladas y jubiladas se vienen encontrando en las afueras del Anexo del Congreso de la Nación todos los miércoles a las tres de la tarde. El Gobierno nacional ha decidido reprimirlos con gases, empujones y golpes en las últimas semanas. Ana María Tapia es jubilada. Hace dos años y medio forma parte de Jubilados Insurgentes. Estuvo en las últimas movilizaciones y en las dos, lamentablemente, sufrió la represión.
“Estamos esperando con mucha fuerza el próximo miércoles, que va a ser bastante complicado otra vez. Pero esto viene creciendo. Antes éramos muy poquitos y esta visibilización hizo que la gente tome conciencia, que todos los compañeros tomen conciencia. Eso nos da alegría. Pero las últimas semanas venimos sufriendo la represión de una manera terrible”, dijo Tapia.
Ana María recibió de lleno en su rostro el gas pimienta que impunemente uso la Gendarmería el último miércoles. No pudo estar el pasado jueves en la Ronda de las Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, adonde acostumbra estar cada semana, porque se estaba recuperando. Su voz sonó por los parlantes en la Plaza y contó lo vivido en esa marcha. “La represión fue fuerte. Siempre pienso que entre la Gendarmería y yo debe haber algo personal”, dijo entre risas. Y continúo: “Con la yuta también. Me agarraron de atrás y me vaciaron el cargador. Sobre todo en la parte del oído, el ojo, la boca y el pelo. No me podía tocar porque el ardor era tan grande. El ojo todavía lo tengo raro, tengo como si fuera una lija”.
Si bien forma parte de un colectivo desde hace un tiempo, asegura que cada vez son más las reivindicaciones que tienen las jubiladas y jubilados. En los últimos días el presidente Javier Milei vetó un aumento de las jubilaciones que había sido votado por el Congreso. “Nos fueron sacando y sacando cada vez más derechos adquiridos. Y no lo vamos a permitir. En este momento, estamos cobrando 233 mil pesos los de la mínima, más un bono de 70 mil. En total con los descuentos, lo último que cobramos son 288 mil pesos . Y lo que vetó Milei es la suma de 17 mil. Obviamente que vamos a seguir exigiendo más, porque la canasta básica como piso en la pirámide son 900 mil pesos por mes, sin pagar alquiler ¿Cómo hacemos para vivir? Que alguien me diga cómo y lo aplicaremos”, desafió. “Yo trabajo tres días en la semana, más sábado y domingo, porque los demás días estoy en la militancia, que eso me alimenta más que la comida. Mi alimento fundamental es la militancia y el jueves no voy a faltar a la Ronda y los miércoles tampoco al Congreso. Y donde sea que haya que estar, como nos enseñó Norita, ese es el lugar. Donde existe una injusticia, ese es el lugar”, dijo Ana María.
Una frase que se repitió en las últimas semanas alrededor de este conflicto fue: “Todos somos jubilados, es cuestión de tiempo”. No hay dudas de que es así. Sin embargo no pareciera que la situación que viven hoy jubilados y jubiladas sea una problemática preocupante para la sociedad en general. Ni siquiera para el campo popular. Es evidente que la dimensión que tienen las actividades que organiza este colectivo no convocan de la misma manera que, por ejemplo, la marcha universitaria de abril. Ana reflexionó acerca de este acompañamiento: “Cuando fue la marcha de los estudiantes salimos todos los jubilados a la calle a ayudar, a colaborar y a estar, porque también tenemos hijos, nietos y chicos en las universidades. Necesitamos la presencia de la gente joven. Tienen que entender que todos algún día van a ser jubilados. Y ojalá se tome conciencia. No solo luchamos por nosotros, luchamos por los que van a venir, porque el Fondo de Garantías y Sustentabilidad se lo están robando también. Eso es lo que tenemos que entender. No es solamente por lo que a nosotros nos falta. Es también por las generaciones que vienen”, aseveró y se preguntó: “¿De qué servimos si no somos solidarios con todos los que vienen atrás nuestro? La gente tiene que apagar un poquito la televisión y tiene que participar, salir y estar en el lugar donde tienen que estar. Porque de eso se trata una construcción. Compañeros, hay que concientizar que acá la salvación no es de uno, de dos. Esto lo hacemos entre todos, no desde casa, no desde un celular, no desde una computadora, porque ellos avanzan. El enemigo no descansa, compañeros”.
Tapia se refirió a los desmedidos operativos policiales que traen aparejados a estas manifestaciones: “La calle es nuestra y nos la quieren sacar. Ellos ocupan las calles y todo a propósito para que la gente no se movilice ¿Era necesaria esa cantidad de personal para reprimir a viejos de 70 años para arriba? Que la única arma que cargamos es un cartón o una cartulina donde ponemos las consignas. Una persona de más de 70 años no tiene la fuerza para agredir ni a una hormiga. Pero estas represiones les están jugando en contra, porque cada vez los miércoles está concurriendo más gente. Es una indignación grandísima. Se les está dando vuelta la tortilla”. Por último, invitó a participar de la jornada de la semana que comienza: “El próximo miércoles se va a votar y tenemos que decirle a todas las personas que van a entrar al Congreso, a los diputados, que se fijen bien lo que van a hacer, porque eso les va a costar y porque van a tener que llegar a su casa y rendir cuentas a sus hijos, a su familia. El día 20 de septiembre es el día de los jubilados, así que los esperamos a todos en Plaza de Mayo”, concluyó la integrante de Jubilados Insurgentes.
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