Mientras en la puerta de la residencia presidencial de Olivos los jubilados protestaban por las miserables pensiones, el presidente Javier Milei disfrutaba de un asado con 87 legisladores que apoyaron el veto que impidió que los abuelos recibieran un aumento de 13 mil pesos. Fue el “asado de la vergüenza”, pero el gobierno cruel que nos dirige parece estar feliz de robarles a los abuelos para favorecer a los más ricos.
A las afueras de la residencia de Olivos, los carteles no podían ser más claros: “Asado para los diputados, pan y agua para los jubilados” o “El único gobierno que festeja robarles a los jubilados”. Mientras Milei y sus aliados celebraban, los canales de cable mostraban a hombres y mujeres trabajadores que cruzaban las vías electrificadas para evitar pagar el boleto de tren o se lanzaban del vagón en movimiento. Argentina vive un verdadero drama social que, con el nuevo presupuesto, empeorará aún más el próximo año: no habrá dinero para salud, educación u obras públicas, y mucho menos para aumentos salariales.
El diputado nacional de La Libertad Avanza, Julio Moreno Ovalle, defendía el veto y les pedía a los jubilados “que confíen en el país, porque este es un nuevo modelo”, mientras esperaba disfrutar de mollejas, chorizos y un buen vacío. Otro legislador publicaba en redes sociales que estaba “listo para llevar el débito y el vinito”. Lo de la tarjeta de débito surgió cuando algunos medios opositores informaron sobre el costo del asado para 100 personas. El vocero Manuel Adorni se apresuró a aclarar que la cena no era gratuita y que cada invitado debía pagar 20 mil pesos. Nos toman por boludos.
El presidente repitió sus absurdas frases de siempre: “Hoy, 87 héroes pusieron freno a los degenerados fiscales que intentaron destruir el déficit fiscal que los argentinos con tanto esfuerzo logramos conseguir”.
Anoche, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, estuvo con Gustavo Sylvestre en C5N y calificó el presupuesto presentado como un “papelón”, advirtiendo que “el único compromiso que contempla es pagar la deuda que tomó Luis Caputo cuando fue funcionario del gobierno de Mauricio Macri”.
“Fue un escándalo, un papelón. El apagón televisivo refleja una realidad muy clara: no hay paciencia ni tolerancia para escuchar insensateces y extravagancias”, afirmó Kicillof.
El gobernador también señaló que “la única partida que no se toca en la era Milei es el pago de la deuda”. Añadió que el presupuesto de Milei aumentaba el gasto en espionaje mientras recortaba aún más la inversión en ciencia y educación, con reducciones significativas ya aplicadas en 2024 (Conicet -23%, INTA -17%) debido al congelamiento del presupuesto anterior.
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