
El Ciclón perdió 2-0 frente a La Gloria y sigue bajando puestos en la LPF. El equipo de Romagnoli no levanta vuelo: jugó otro flojísimo partido.
Lastimado. Así se fue San Lorenzo de Córdoba. Así quedó después de jugar mal y de un 0-2 ante Instituto, que se lo ganó de punta a punta. Así también quedó el ciclo Romagnoli, otra vez en riesgo, por resultados y por las actuaciones preocupantes que se vienen acumulando en un equipo plagado de horrores defensivos y que peca por falta de elaboración, profundidad y eficacia.

Que Chila Gómez haya sido el mejor del primer tiempo dice mucho de lo que hizo San Lorenzo en Córdoba. El arquero tapó dos clarísimas, atoró en un mano a mano que ganó bien abajo y fue el sostén de equipo de Romagnoli que no se podía acomodar en el partido, sobre todo en la parte defensiva: no estuvo firme Herrera, el elegido del DT para reemplazar a Romaña, y Báez sufrió demasiado en la banda izquierda.

Si bien Pipi corrigió tácticamente y al local se le hizo más difícil llegar, a los 37, después de un córner al primer palo que nadie supo resolver bien, apareció Gonzalo Requena tras un rebote para empujarla y poner el 1 a 0 merecido. ¿Qué hizo San Lorenzo? Prácticamente nada, aunque la única que tuvo fue clarísima: Muniain se la dejó servida a Bustos y cuando intentó colocarla, superó a Roffo pero no a Requena, que salvó en la línea.
San Lorenzo quedó mejor plantado, con un poco más de orden, pero nunca pudo llegar claro al arco rival más allá de los intentos. Con el correr de los minutos, con las nuevas modificaciones del DT el equipo se terminó partiendo, se fue apagando y fue dejando muchos espacios a Instituto para sacar alguna contra que le dé el golpe letal. Eso llegó a los 41′, cuando después de varios errores en la salida, Russo terminó empujando solo para el 2-0. ¿La última? Otro blooper de la defensa que tapó Chila Gómez.

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