Asambleas masivas y medidas de fuerza en puerta, expresan el malestar muy extendido en las trabajadoras de la salud del distrito de Valenzuela, un Estado que vacía de recursos el sistema de salud público. Del otro lado, el sindicato con el gobierno intenta desactivar sin respuestas a las demandas. Las voces de las trabajadoras.
En distintas instancias las trabajadoras de la salud de Tres de Febrero fueron planteando al gobierno de Valenzuela demandas salariales, de condiciones de trabajo y lejos de ser escuchadas, se encontraron el actuar ya conocido por los municipales de la zona. Un gobierno que empieza a amenazar por lo bajo, que de palabra ofrece migajas a algún sector para dividir a las trabajadoras, un sindicato que juega para el patrón. Nada nuevo en Tres de Febrero.
Durante septiembre se autoconvocaron trabajadoras y trabajadores de la salud en dos asambleas de más de 70 participantes de los distintos Caps, y del Hospital Municipal Oftalmológico y el Hospital Odontológico, en las reuniones el titular del Sindicato de Municipales intentó frenar el ánimo de organización y lucha que los trabajadores presentaban, respondiendo con excusas que “plata no hay”, mientras los trabajadores y las trabajadoras daban cuenta de los aumentos en alquileres, el pluriempleo, tener que tomar colectivo y tren para llegar a sus lugares de trabajo, todas cuestiones que vienen teniendo un impacto en sus trabajo.
Lo que vuelve de parte del Estado son más exigencias con castigos económicos por llegadas tardes, ausencias, un sueldo muy desfasado a los costos que implica vivir en los últimos meses, más trabajo con una población ahogada en la inflación y la pobreza. Cansados y con bronca los trabajadores lograron organizar un lugar de encuentro y asamblea, como viene siendo luego de diciembre de 2023, en los que las asambleas barriales se extendieron incluso para aquellos que no podían organizarse en el trabajo, espacios que han sido modelo de organización a la resignación y la bronca, desde abajo.
En la segunda asamblea se llegó a la definición votada por mayoría, se definió un PARO ACTIVO para el miércoles 02/10 exigiendo un aumento del 30%, superando la instancia del sindicato que no brindaba respuestas certeras al apoyo que los y las trabajadoras necesitaban.
El último viernes desde Rrhh se llevó a cabo una convocatoria con delegados de los distintos caps para frenar la medida tomada en asamblea, desde allí, se negocio con este reducido conjunto que tiene vínculo con el sindicato, acordar poner freno al paro que seria un escandalo para Valenzuela en el municipio, proponiendo “mejoras” sin ninguna fecha, ni porcentajes, tampoco dando cuentas de aumento del 30% tal como habían exigido. Rompen con la asamblea, deciden por arriba comodados el sindicato junto con la patronal, nada nuevo..
Las voces de las trabajadoras
Silvina, trabajadora de un CAPS (por esas mismas amenazas y persecución, los nombres de las trabajadoras son ficticios), nos cuenta: “la situación de las profesionales y no profesionales que somos parte del área de salud nos encontramos precarizadas, no contando con un sueldo que refleje la tarea que estamos llevando a cabo, entendiendo que absorbemos la complejidad de una población sumamente vulnerada y sin recursos para dar respuestas acordes.
Tampoco contamos con los beneficios que si se observan en otros ámbitos de salud, cómo semana de estrés y antigüedad, además de que nuestra forma de contrato continúa siendo sumamente precaria aplicando el término Mensualizado a un contrato que se renueva mes a mes y evita la continuidad en muchos aspectos.
Nuestra labor en el área de salud requiere de una especificidad que se adquiere con carrera de grado, especializaciones, formaciones y un perfil abocado a lo comunitario que no es reconocido ni remunerado.
Por estos y muchos más motivos es que surge la necesidad urgente de que sea visibilizada nuestra situación ya de muchas trabajadoras que a pesar de contar con un rol único e importante en la sociedad, somos desvalorizadas y precarizadas, no solo laboralmente sino como sujetos de derecho.”
Estela, trabajadora de la salud en Tres de febrero nos dice: “considero que el sindicato representa y cuida los recursos del ejecutivo más que los derechos de los trabajadores, a pesar de haber manifestado como trabajadores, nuestra disconformidad ante el último aumento de solo el 10%, no acudieron a abrir el diálogo ni hacernos partícipes de negociaciones que nos competen.
Los trabajadores propusieron una asamblea, invitando a quien quiera participar y los representantes del sindicato se apersonaron solo para funcionar de mensajeros entre el gran grupo de trabajadores y el ejecutivo, recordando constantemente que nuestros contratos son mensualizados…léase descartables. Dejando entrever una animosidad en contra la asamblea y que se organiza ante las malas condiciones laborales. Se les ve el miedo de que avancemos.”
Son las y los trabajadores de la salud las que día a día encaran jornadas de trabajo sin insumos ni recursos, con remuneraciones que no llegan a cubrir la canasta básica, con interminables jornadas laborales, en un sistema de salud desfinanciado a nivel nacional y provincial. Con una crisis económica y social que afecta a los usuarios; por ello la pelea de los trabajadores de la salud es una pelea integra por la salud en general, si ganan ellos ganan todos.
Credito La Izquierda diario
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