En momentos que el peronismo se encuentra desorientado luego de la derrota electoral del año pasado y sin la aparición de un líder claro y contundente, más allá de la figura de Cristina Fernández de Kirchner, es momento de comenzar un profundo debate para entender dónde estamos parados y hacia donde queremos ir.
Nadie duda de las tres grandes banderas del peronismo: Justicia social, soberanía política e independencia económica, más la defensa de los derechos humanos que incorporó Néstor Kirchner. Hoy, ya sabemos que no alcanza y hay que buscar nuevas respuestas a las demandas electorales, al rol de la comunicación en las redes sociales y fundamentalmente hay que cambiar el funcionamiento de la Justicia que se convirtió en una fuerza pretoriana en defensa de los poderosos. Hoy los jueces son las fuerzas armadas de los setenta en América Latina.
Por estos días, el presidente saliente de México, Andrés Manuel López Obrador, aprovechó su amplio triunfo para lograr una profunda reforma judicial que permitirá al pueblo controlar a los jueces y frenar de esta manera la corrupción en el poder judicial que se da en su país y en toda la América Latina. Ataques de la corporación judicial contra Lula, Cristina y Rafael Correa por nombrar solo a tres expresidentes.
México está a punto de convertirse en el primer país del mundo en el que el pueblo tendrá el poder de elegir a casi todos los jueces del país, desde los magistrados locales hasta los jueces del Tribunal Supremo. La amplia reforma judicial se aprobó primero en una consulta popular que tuvo un apoyo del 81% de los votos y posteriormente en la Cámara Alta donde se necesitaban la mayoría de dos tercios.
El presidente López Obrador, celebró la aprobación de la reforma: “Es muy importante acabar con la corrupción y la impunidad. Avanzaremos mucho cuando sea el pueblo de México el que elija libremente a los jueces, a los magistrados, a los jueces”, dijo AMLO en una rueda de prensa. “Los jueces, salvo honrosas excepciones… están al servicio de una minoría depredadora que se ha dedicado a saquear al país”, dijo.
Algunos datos sobre la reforma:
Actualmente los ministros son propuestos por el presidente a través de una terna y su elección requiere el respaldo de al menos dos terceras partes de los senadores en el momento de la votación y los magistrados y jueces son nombrados por el Consejo de la Judicatura Federal.
Con la aprobación de la reforma judicial cada uno de los poderes (Ejecutivo, Judicial y Congreso) formará un comité de evaluación compuesto por cinco personas “reconocidas en el ámbito jurídico” para analizar las candidaturas y el Instituto Nacional Electoral (INE) se encargará de contar los votos, publicar los resultados y emitir las constancias de mayoría para las candidaturas con más votos.
La reforma del Poder Judicial trae cinco cambios principales. Una modificación constitucional para que los jueces sean elegidos por voto directo y secreto por un periodo de 12 años; la reducción de 11 a 9, del número de los ministros de la Suprema y de la duración en el cargo, de 15 a 12 años. Además propone la eliminación de la pensión vitalicia para actuales y futuros ministros de la Suprema Corte y un ajuste a sus remuneraciones y reemplaza el Consejo de la Judicatura Federal (CJF), responsable de la administración de la Judicatura y de la vigilancia de los jueces por dos nuevas instituciones: el Tribunal de Disciplina Judicial y el Órgano de Administración Judicial.
Finalmente, incorpora la figura de “jueces sin rostro” para proteger a quienes se encarguen de casos relacionados con el crimen organizado, para preservar la seguridad de los jueces.
En síntesis, los puntos más importantes son:
-Elección popular de jueces: Se establece que los jueces, magistrados y ministros serán elegidos por voto popular, eliminando el proceso de designación actual, lo que incluye más de 1,600 cargos judiciales. La primera fase de elecciones será en 2025, y la segunda, en 2027.
– Reducción de la Suprema Corte: La Suprema Corte de Justicia de la Nación reducirá su número de ministros de 11 a 9. Además, el mandato de los ministros será de entre 8 y 14 años, dependiendo de los votos que reciban.
–Reelección limitada para jueces: Los jueces y magistrados tendrán un periodo de nueve años en sus cargos, con la opción de reelegirse por un periodo adicional.
–Eliminación del haber de retiro: Los ministros que no resulten electos en las próximas elecciones ya no recibirán la pensión vitalicia ni otros beneficios económicos como aguinaldos y primas vacacionales.
–Comités de evaluación: Para garantizar la transparencia, se establecerán Comités Técnicos que evaluarán a los candidatos judiciales antes de someterlos a votación, utilizando una tómbola para la selección final de postulantes.
–Salarios limitados: Ningún ministro, magistrado o juez podrá ganar más que el presidente de la República, lo que busca reducir los altos salarios dentro del Poder Judicial.
–Involucramiento del INE: El Instituto Nacional Electoral (INE) se encargará de organizar las elecciones judiciales, incluyendo la evaluación de candidatos y la supervisión del proceso.
–Edad mínima para jueces: Se mantuvo la reducción de la edad mínima para ser elegido ministro o magistrado, ahora de 35 años, para abrir las puertas a más jóvenes dentro del sistema judicial.
El peronismo si quiere volver a gobernar debe preparar una serie de propuestas fundamentales para el país que vendrá: Reforma judicial, reforma laboral y reforma económica. Perón lo hizo en 1945 cuando cambió la Corte Suprema de Justicia, al procurador, creo la justicia laboral y realizó una profunda reforma constitucional en 1949 que la dictadura fusiladora anuló.
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