
De nacionalidad uruguaya, con formación académica en el exterior y un discurso antifeminista radicalizado, tenía antecedentes por violencia de género. La justicia lo buscaba por el asesinato de su expareja y su exsuegra y por intentar fugarse con su hijo de cinco años. Pablo Laurta, ciudadano uruguayo, era intensamente buscado por la justicia argentina como…
De nacionalidad uruguaya, con formación académica en el exterior y un discurso antifeminista radicalizado, tenía antecedentes por violencia de género. La justicia lo buscaba por el asesinato de su expareja y su exsuegra y por intentar fugarse con su hijo de cinco años.

Pablo Laurta, ciudadano uruguayo, era intensamente buscado por la justicia argentina como principal sospechoso del femicidio de Luna Giardina, de 24 años, y de su madre, Mariel Zamudio, ocurrido el sábado en Córdoba. Tras el crimen, huyó con su hijo de cinco años con intención de fugarse a Uruguay, pero fue detenido el pasado domingo en el hotel Berlín, en pleno centro de Gualeguaychú.
Laurta es señalado por haber ingresado a la vivienda de su expareja y dispararles en la cabeza a ambas víctimas antes de darse a la fuga con el niño. El caso generó conmoción nacional por la brutalidad del ataque y por el historial de violencia previa que ya pesaba sobre el acusado.
En redes sociales, Laurta se presentaba como empresario y académico. Afirmaba ser director de la firma VContenidos y haber estudiado en la Universidad ORT Uruguay, además de realizar posgrados en el Corporate Finance Institute y en el Massachusetts Institute of Technology. Sin embargo, su actividad online estaba marcada por un fuerte discurso antifeminista y su adhesión a espacios como “Varones Unidos”.
En sus publicaciones, el detenido difundía mensajes de odio contra el feminismo, cuestionaba la justicia con perspectiva de género y apoyaba públicamente a Donald Trump y Johnny Depp. “La mera condición de ser hombre es prueba suficiente de tu culpabilidad”, escribió en uno de sus posteos.

La relación con Giardina tenía un largo historial de violencia. Tres años atrás, ella había logrado escapar de Montevideo a Córdoba con su hijo, tras denunciar a Laurta por un intento de estrangulamiento. Pese a esa denuncia, Laurta continuó hostigándola por redes sociales y utilizó su militancia en “Varones Unidos” para instalar públicamente su versión, negando los hechos de violencia y acusando a la víctima de verse favorecida por la justicia en base a su género. Giardina contaba con un botón antipánico que no alcanzó a activar el día del crimen. La disputa por la tenencia del niño era, según los investigadores, una obsesión del acusado.
Las opiniones y análisis expresados en este artículo pueden no coincidir con las de la redacción de UDR Noticias. Intentamos fomentar el intercambio de posturas, reflejando la realidad desde distintos ángulos, con la confianza de aportar así al debate popular y académico de ideas. Las mismas deben ser tomadas siempre con sentido crítico.

Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS