Mientras crece el malestar social por la crisis económica, el gobierno de Milei profundiza el sometimiento a los Estados Unidos, JP Morgan y BlackRock, consolidando un nuevo ciclo de endeudamiento y entrega nacional. “La deuda es el arma de sometimiento del pueblo argentino”.

Con una población agobiada por la inflación y la precariedad, las elecciones de hoy se desarrollan en un escenario donde el gobierno argentino cede el control económico a los grandes centros financieros internacionales. El presidente Javier Milei y su ministro Luis Caputo sellaron en las últimas semanas acuerdos y reuniones con el FMI, Donald Trump y representantes de JP Morgan y BlackRock, reforzando la dependencia del país frente a los intereses del capital extranjero.
Desde abril, con el “salvataje” del FMI, el Ejecutivo abrió las puertas a la fuga de capitales mientras acumulaba derrotas políticas y protestas callejeras. Las leyes de emergencia pediátrica, de discapacidad y de universidades marcaron hitos en la resistencia popular, al tiempo que el oficialismo perdía respaldo político y se profundizaban las denuncias por corrupción y vínculos con el narcotráfico. La crisis se agravó tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires.
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El viaje reciente de Milei y su equipo a Estados Unidos dejó nuevas señales de entrega: un swap de monedas de condiciones desconocidas, la intervención del Tesoro estadounidense en el mercado local y el desembarco directo del capital financiero en la conducción del país. La designación de Pablo Quirno —uno de los “JP Morgan Boys” de confianza de Caputo— como nuevo canciller confirma el avance de los intereses del gran capital en la política económica y diplomática argentina.

Mientras tanto, el Gobierno condonó más de 1.500 millones de dólares en retenciones a las exportadoras de granos, benefició con rebajas impositivas a Techint y al sector minero, y promueve la privatización de empresas estratégicas como AySA y Nucleoeléctrica. Se multiplican los anuncios de inversiones y préstamos, en medio de una ofensiva mediática que busca ocultar el saqueo de recursos naturales: litio, uranio, hidrocarburos y minerales. A esto se suma una política represiva en crecimiento y un acuerdo militar con EE.UU. que refuerza la subordinación en materia de defensa y seguridad.
Desde la Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda, denuncian la consolidación de un régimen de dependencia directa y se exige la suspensión inmediata del pago, la investigación del endeudamiento ilegítimo y la sanción a sus responsables. “La deuda es el arma de sometimiento del pueblo argentino”, afirman, llamando a redoblar la organización popular para resistir el ajuste, la privatización y la entrega.
«A 20 años del No al ALCA, la consigna vuelve a resonar: la deuda es con los pueblos y con la naturaleza, no con el FMI ni con las corporaciones. Frente al poder financiero y militar que busca profundizar su control sobre América Latina, las organizaciones sociales y políticas llaman a la unidad regional para recuperar la soberanía y la esperanza colectiva» concluyeron.
Las opiniones y análisis expresados en este artículo pueden no coincidir con las de la redacción de UDR Noticias. Intentamos fomentar el intercambio de posturas, reflejando la realidad desde distintos ángulos, con la confianza de aportar así al debate popular y académico de ideas. Las mismas deben ser tomadas siempre con sentido crítico.



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