Un informe privado midió dónde se ofrecen más baratos los productos de una canasta de productos básicos. Cuál es la diferencia.
Dónde conviene hacer las compras en medio de una inflación que no afloja, y que se mantiene en torno al 4% mensual? ¿Cambió la estrategia de los comerciantes? ¿Y la de los fabricantes? ¿Es cierto que los grandes supermercados venden más barato que los autoservicios y almacenes de barrio?
El punto concreto es que, hoy en día, las grandes cadenas venden más barato que los pequeños negocios. ¿De cuánto es la diferencia? De un 27%.
La conclusión responde a un informe de la consultora Scentia, especializada en consumo masivo, al que tuvo acceso iProfesional.
El consumo, según pasan los años
Ese 27% de diferencia de precios, a favor de los super e hipermercados, responde a una canasta de 1.000 productos de primera necesidad que Scentia armó hace varios años y viene consultando mes a mes.
Esa disparidad de precios tuvo épocas más relevantes: había llegado al 49% en momentos de la pandemia, cuando los supermercados tuvieron precios máximos, controlados por el Gobierno de ese entonces.
El promedio histórico indica que la diferencia de precios entre los más grandes y los pequeños comercios ronda el 10%.
Los más chicos, mas caros y castigados
En un contexto negativo para el consumo, todos los comercios perdieron: tanto los grandes como los más pequeños. Nadie se salvó. Pero hubo unos que fueron los grandes perdedores.
Son los autoservicios del interior del país. Las ventas de esos comercios que se encuentran más allá de la provincia de Buenos Aires cayeron un 24,6% respecto de julio del año pasado. Muy por debajo del promedio.
Para tener una idea, las ventas en las grandes cadenas de supermercados cayeron 16,6% en julio, siempre en relación al mismo mes de 2023.
¿Cuál es la razón por la cual los autoservicios del interior del país les va peor que al resto? Osvaldo del Río, director de Scentia, marca un argumento que explica el desplome de julio. “Tiene que ver con que julio del año pasado fue bueno y la comparación, ahora, se hace contra aquel pico del consumo”, dice Del Río a iProfesional.
En efecto, en julio del ‘23, el consumo había crecido 5%, en medio de la campaña electoral y los planes pro consumo que había lanzado el gobierno anterior.
La segunda cuestión, que atañe particularmente a los autoservicios y almacenes del interior del país, da cuenta de lo que sucede en los comercios fronterizos. Esos negocios, que en su momento se habían favorecido por la disparada de la brecha cambiaria, ahora con el achatamiento de la brecha sucede todo lo contrario.
En esos comercios de frontera, donde hasta hace poco se abastecían uruguayos, chilenos, paraguayos y brasileños, ahora observan que sus ventas caen un 60% promedio.
Consumo en picada: cuáles son los rubros más perjudicados
La categoría de productos más perjudicada por el desplome del consumo fue la de bebidas con alcohol, que bajó 25,2%.
Las bebidas sin alcohol se anotaron una baja del 23,7%; mientras que higiene y cosmética y limpieza de ropa y hogar, con 20,9% y 17,9%, cada una.
La expectativa es que en los próximos meses, el consumo masivo también mostrarán números negativos. Desde Scentia suponen que el consumo tendrá una marca de por lo menos 10% abajo.
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