El informe del Indec también muestra que en un año la canasta de indigencia subió 222,7% y un hogar de dos adultos y dos menores necesitó $421.474 para no ser indigente. El poder de compra de los salarios se desplomó por la inflación. Es necesario ponerle un freno al ajuste en curso.
Al mismo tiempo que el Gobierno se niega a otorgarles un pequeño aumento a los jubilados que no compensa lo perdido en los últimos meses, la situación de millones de familias es crítica debido a la suba de los precios. La inflación y las políticas de Milei están destruyendo los ingresos de las grandes mayorías.
Este miércoles el Indec informó que el costo de la canasta básica total (CBT), que mide la línea de pobreza, subió 4,4% en agosto, tratándose así del mayor incremento desde abril. De este modo, una familia de cuatro integrantes necesitó sumar ingresos por $939.887 para no ser considerada pobre durante el mes pasado.
En paralelo, el valor de la canasta básica alimentaria (CBA), que funciona como umbral de la indigencia, creció 3,9%. Por ende, una familia compuesta por dos adultos y dos niños requirió como mínimo $421.474 para no caer en la indigencia.
El “ajuste más grande de la historia” que festejan Milei y Caputo para garantizar el “déficit cero” y contentar a “los mercados” y el FMI, no es otra cosa que una máquina de arrastrar millones de personas a la pobreza. El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) reflejó en su último informe que la pobreza en Argentina alcanzó al 52% de la población durante el primer semestre de 2024, el nivel más alto desde 2004. Además, desde el observatorio marcaron que la indigencia afectó al 17,9%, un aumento de seis puntos porcentuales respecto al último informe registrado por el Indec en 2023.
Pese a los discursos del Gobierno sobre el fin de la inflación, este miércoles, también el Indec, publicó el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto que alcanzó el 4,2% y 236,7% interanual, un número más alto de lo esperado. Con un repunte de 0,2 puntos porcentuales con respecto a julio, acumula el cuarto mes consecutivo con una inflación cercana al 4% pero sin poder romper ese piso. En lo que va del año acumula un 94,8%.
La canasta básica total se utiliza para medir el umbral de pobreza por ingresos, estableciendo que aquellos individuos o familias que perciban ingresos inferiores son considerados pobres. Mientras que la canasta básica alimentaria establece el límite de la indigencia, son aquellos individuos y familias que no llegan a completar las 4 comidas diarias, pasan hambre.
Si contemplamos que las canastas del Indec no incluyen un gasto tan importante como el alquiler podemos deducir que el costo de vida real es aún mayor. Una medición alternativa de consumos mínimos (para una familia de 4 integrantes) realizada por la Junta Interna de Ate-Indec sostiene que ningún trabajador debería haber ganado menos de $1.412.647 en el mes de julio.
Es urgente una suba de emergencia para los trabajadores formales, informales, desocupados y jubilaciones y por la actualización automática frente a la inflación. Las burocracias de la CGT y la CTA están dejando pasar las políticas del Gobierno, es necesario recuperar los sindicatos para romper la tregua cómplice con el gobierno y poner en pie un plan de lucha para enfrentar el ajuste de Milei y el FMI.
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