
El gobernador bonaerense no se guardó nada contra el Presidente, criticando su show en el Movistar Arena y el costo de reimprimir las boletas a días de las elecciones.

Kicillof no dudó en señalar que, si bien estas performances podían ser aceptables en campaña, ahora, con el país en crisis, la situación es “muy grave”. Mientras Milei cantaba y se presentaba, el gobernador bonaerense remarcó que cualquier otro gobierno, ante una crisis laboral, productiva y social como la actual, estaría buscando soluciones urgentes y no montando conciertos.
Para ponerle números a la preocupación, Kicillof compartió datos alarmantes: la morosidad familiar en el sistema bancario alcanzó el 5,9%, “el peor número desde la crisis de 2009”, superando incluso los registros de la pandemia y acelerándose. “Esto significa que la gente no puede pagar sus tarjetas o créditos”, explicó, pidiendo que el Gobierno “se ponga las pilas” con los comerciantes en vez de profundizar el ajuste.
El gobernador también se metió de lleno en el “quilombo” de las boletas. La sorpresiva salida de José Luis Espert de la lista de La Libertad Avanza para las próximas elecciones, en medio de un escándalo, y el pedido de reimprimir las boletas para poner a Diego Santilli, generó una ola de críticas.

“A veinte días de las elecciones nos van a meter a toda la provincia en un lío bárbaro”, se quejó Kicillof, refiriéndose a los trámites y posibles impugnaciones que esto implica. Además, apuntó al costo: mientras las boletas partidarias de siempre costaban 5 mil millones de pesos, las nuevas, que incluyen el cambio de nombre, ascenderían a 15 mil millones, un gasto que parece “como si nada” para el gobierno nacional.
Kicillof fue más allá y no se guardó nada sobre la baja de Espert: “No es una renuncia por algún tema personal, lo corren por conveniencia electoral, ni siquiera por las acusaciones vinculadas al narcotráfico”, disparó, mostrando su indignación con la movida política y el pedido de cambios a la Justicia Electoral.
Mientras tanto, el gobernador bonaerense afirmó que en la Provincia de Buenos Aires siguen “pateando el territorio”, hablando con la gente, con dirigentes y vecinos, a diferencia de Milei o el propio Espert, a quienes se les hace difícil “pisar el barrio” y conectar con la realidad.
“El 7 de septiembre a Milei se le empezó a poner un límite”, sentenció Kicillof, dejando claro que, si no fuera por lo que sucedió en la provincia, Espert seguiría en carrera. Una movida que, para muchos, dejó picando varias preguntas sobre la transparencia del proceso electoral y los verdaderos motivos detrás de los cambios.
Las opiniones y análisis expresados en este artículo pueden no coincidir con las de la redacción de UDR Noticias. Intentamos fomentar el intercambio de posturas, reflejando la realidad desde distintos ángulos, con la confianza de aportar así al debate popular y académico de ideas. Las mismas deben ser tomadas siempre con sentido crítico.

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